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Tras la victoria de
la Selección Mexicana ante los Estados Unidos, en la final de la Copa Oro, el guardameta de México, Guillermo Ochoa, declaró que estuvo cerca
de perderse la final debido a una lesión, pero al final, decidió jugarla.
Al terminar el encuentro, el arquero nacional señaló que se lastimó el abductor un día antes de
la final, durante el entrenamiento, pero fue el entrenador del Tri, Gerardo “el Tata” Martino, quien lo animó a salir adelante.
“En el calentamiento sentí esa impotencia de que no podía despejar, pero sentí el apoyo
mis compañeros, del Tata Martino sobre
todo, me dijo que 'No es fácil, esto es para valientes'. No quería
fallarles”, señaló el guardameta tricolor.
Ochoa fue un factor
determinante en la final para
que México se pudiera llevar su onceava
Copa Oro, sacando varias oportunidades claras que tuvo Estados Unidos para hacerse presente en el marcador.
“El cuerpo médico me trató de la mejor manera, hizo lo necesario para que estuviera en la
cancha, no podía despejar, pero quería estar en el partido", añadió.
Por su gran actuación, no sólo en la final sino en todo el
torneo, Guillermo Ochoa fue galardonado
con el “guante de oro”, como premio al mejor guardameta de la Copa Oro.