sábado, 29 de junio de 2019

Campeón Sub-17 en 2011, ahora pide autógrafos a los seleccionados de México

Foto: Dilo Fútbol

Enrique Flores, quien fuera campeón del mundo con la Selección Mexicana, en el Mundial Sub-17 de Méico en 2011, ahora se sienta en el lobby de un hotel en Houston, Texas, buscando algún autógrafo de los que pudieron ser sus compañeros.

Desde hace tres años, Enrique se alejó del fútbol, pues no pudo encontrar equipo debido al “Pacto de Caballeros”, por lo que ahora se encuentra visitando a su amigo Roberto “el Piojo” Alvarado, jugador del Cruz Azul, y quien se encuentra disputando la Copa Oro con el Tri.


“Me llevo bien con el Piojo. Me emociona y apoyo a la Selección Mexicana, pero tengo claro que no todos tenemos el mismo camino. A mí no se me dio, a Alvarado siempre le digo que está para llegar lejos en el futbol. Así son las cosas, es un amigo al que espero le vaya bien, los demás nos quedamos en el camino”, señaló el ex futbolista mexicano.

El canterano de los Rayados de Monterrey pasó la mayor parte de su trayectoria en el Ascenso MX, jugando para el Altamira, La Piedad e Irapuato, pues señala que no podía negociar con otros equipos debido a que seguía atado al Monterrey, y los demás clubes preferían darle oportunidad a otros jóvenes que tener que pagar por él.


“Si no hubiera estado el pacto de caballeros hubiera sido más fácil mi carrera, porque te podías cambiar de equipo. No tenías que quedar bien con tu club y no tenías que andar pidiendo permiso, uno podía quedar como agente libre. Los equipos nos decían siempre lo mismo, que a ellos les convenía mejor darle oportunidad a un jugador de su cantera en lugar de pagarle a Monterrey, porque Monterrey siempre iba a cobrar”, añadió.

Flores también recordó los momentos después de haber quedado campeón del mundo, señalando que mucha gente se acercó a él y a sus compañeros para felicitarlos, pero que muy pronto se olvidaron de ellos.