 |
| Foto: MeridioNews |
Todos los jugadores desean retirarse de la manera más
memorable posible, para de este modo, quedar en la memoria de los aficionados
durante mucho tiempo. Pero en esta ocasión, este futbolista italiano tal vez
haya ido un poco lejos en su último partido.
Ignazio Barbagallo,
de 55 años, jugaba su último encuentro con el Citta di Viagrande, equipo
que pertenece a la tercera división de
Catania, Italia, en donde su equipo se enfrentaba al Nebrodi, cuando un helicóptero aterrizó en el terreno de
juego.
Algo que por sí solo es bastante raro, se volvió aún más
cuando del helicóptero salieron tres
hombres, dos de los cuales usaban pasamontañas, y se llevaron a Barbagallo en
el helicóptero, en lo que parecía ser un secuestro.
Lo que los jugadores del cuadro rival desconocían, era que este acto estaba planeado, y eran los
amigos del buen Ignazio los que aterrizaron en el campo y se lo llevaron.
¿El resultado?, una suspensión
para el jugador, quien no podrá volver a participar en un encuentro hasta el 30
de junio. Algo que no parece ser de mucha importancia, ya que esta era la despedida del futbolista.
Lo más increíble es la
explicación que anotó el árbitro para la suspensión de Ignazio, ya que en
el reporte se lee que el castigo fue impuesto “por dejar el terreno de juego sin el permiso del árbitro en un
helicóptero que no estaba autorizado para aterrizar en el campo, obligando
al árbitro a detener momentáneamente el encuentro, causando una potencial
situación de peligro.
Además de esto, el club recibió una multa de 200 euros, la
descalificación de la competencia en el torneo actual, y una suspensión hasta
el 31 de Mayo. La razón de la multa fue “por
causar la interrupción del encuentro y permitir el aterrizaje de un helicóptero
en el terreno de juego, poniendo en riesgo la seguridad de los presentes”.
De acuerdo a reportes de Fox Sports Italy, Barbagallo tenía una conocida reputación
por realizar bromas pesadas, y que mejor manera de cerrar una carrera que
con un acto como este. Seguramente recordaremos a Ignazio por mucho tiempo.